La tarde de este miércoles quedó marcada por un resplandor íntimo y sonoro provocado por la presencia de la artista Marilia Monzón que se presentó en un concierto silente en la Terraza del Playhaus de Totalplay, un espacio que se transformó en refugio musical para un grupo selecto de medios y asistentes privilegiados. En ese rincón elevado de la ciudad, donde la modernidad se cruza con el pulso urbano, Marilia demostró una vez más por qué su voz se ha convertido en una de las más cautivadoras del panorama español contemporáneo.
La artista nacida en Canarias arribó a México con la certeza de que este país late al compás de su música. Entre acordes discretos y la complicidad de un público reducido, interpretó clásicos en sus presentaciones como es el caso de Agua bendita, De mi sufrir, Por qué será, Pobre de ti y Acuérdate de mí. En cada nota, la emoción de su alianza creativa quedó dibujada, evocando la fuerza de las mujeres que conquistan escenarios todavía dominados por otras voces.
Durante esta tarde, Marilia compartió ante algunos medios presentes que escribir y cantar “Momento”, su reciente sencillo le permitió abrazar una causa que siente suya: dar visibilidad a la experiencia femenina dentro de la música y abrir camino para quienes vienen detrás. Habló de la importancia de la complicidad con Sariñana, a quien describe como una aliada luminosa en este viaje creativo. Y, aunque el tema no formará parte de un álbum, confesó que lo seguirá defendiendo sobre los escenarios porque lo considera un manifiesto en el que se entrelazan lucha y celebración.
La Terraza del Playhaus, bajo el cobijo de Totalplay, sirvió como escenario perfecto para un encuentro donde lo discreto se volvió grandioso. El formato silencioso permitió que cada acorde se filtrara directamente en la emoción de los presentes, generando un diálogo íntimo entre artista y público. No hubo artificios, solo la voz de Marilia y su guitarra desnudando canciones que hablan de amor, de memoria y de raíces.
En este contexto, el nombre de Artemisa Music brilló con fuerza. La joven casa promotora y productora mexicana se ha consolidado como uno de los proyectos más prometedores de la industria del entretenimiento, apostando por propuestas de calidad y por un cuidado artesanal en la manera de presentar a sus artistas. Con este concierto silencioso reafirmó su compromiso por ofrecer experiencias únicas, donde la música no solo se escucha, sino que se vive como un instante irrepetible.
Marilia recordó también ante los medios su trayecto desde aquel 2018, en que su voz se dió a conocer en Operación Triunfo, hasta este presente en el que su carrera ha tomado vuelo propio. México, aseguró, es un sueño cumplido: aquí grabó su segundo disco y aquí se ha encontrado con un público que la hace sentir en casa. Entre sus planes inmediatos figuran nuevas colaboraciones y posibles presentaciones en ciudades como Guadalajara, Veracruz y la propia capital, consolidando un puente cultural entre España y México.
La tarde se cerró con una sensación de complicidad y promesa. Complicidad entre una artista que se entrega con honestidad y un público mexicano que le responde con gratitud. Promesa de nuevas historias que seguirán surgiendo de su voz, tejidas entre los rincones del Atlántico y el pulso vibrante de México. Y en medio de esa conjunción, la Playhaus de Totalplay y Artemisa Music se erigen como cómplices indispensables de un movimiento que entiende la música no solo como espectáculo, sino como un acto de comunión.
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