Por Arturo Ortiz, CEO de Grupo CIPI, empresa de capacitación en seguridad patrimonial y personal.
De octubre de 2024 a febrero de 2025 en México existen 449 secuestros registrados. Esto, pese a que se trata de un delito invisibilizado y con un nivel de impunidad superior al 94%. México, se admita o no, es una tierra donde la privación de la libertad se afianza en las prácticas de la delincuencia común y organizada.
Los estados con mayor incidencia histórica son Estado de México (882 casos), Veracruz (729), Chihuahua (519) y actualmente las entidades de Chihuahua, Chiapas y Ciudad de México concentran los niveles más altos.
Aunado al clima de permisividad (crímenes sin castigo), en el país existen factores que alientan el secuestro como la corrupción institucional, falta de capacitación, desigualdad social, redes criminales sofisticadas e información filtrada desde círculos íntimos:60% de los secuestros se planean con datos obtenidos de personas cercanas a la víctima.
Sin embargo, también existen factores que inhiben el secuestro: Unidades antisecuestro especializadas , sentencias ejemplares, tecnología de vigilancia, perfil bajo en redes sociales o fortalecimiento comunitario.
Una herramienta muy eficaz, y que paradójicamente se desestima comúnmente es la educación preventiva. Se trata de cursos de autoprotección, manejo de crisis y lectura del entorno, herramientas que fortalecen la resiliencia ciudadana.
Hoy, el secuestro se combate con inteligencia, discreción y entrenamiento.
Los secuestradores
Más del 90% de los detenidos por secuestro son hombres, según datos históricos del sistema penitenciario y fiscalías estatales. El rango predominante de edad es entre 25 y 45 años. Este rango coincide con la edad laboral activa, lo que sugiere que el secuestro puede ser una “actividad económica” dentro de redes criminales.
Muchos perpetradores provienen de zonas con alta marginación, desempleo o presencia de crimen organizado. Sin embargo, también hay casos de colaboradores internos (empleados, conocidos, incluso familiares) en secuestros exprés o extorsivos, lo que complica el perfil.
En cuanto a los horarios de operación, los secuestros exprés ocurren principalmente entre 18:00 y 23:00 hrs, mientras los secuestros planeados se ejecutan en horarios variables, pero suelen iniciar en la mañana o mediodía, cuando las víctimas están en tránsito.
En muchos casos se documenta el uso de redes sociales, geolocalización y apps para rastrear o perfilar a las víctimas. Asimismo, el secuestro suele estar vinculado a estructuras organizadas, con roles definidos (captura, negociación, custodia).
De las víctimas se sabe poco. Hace 10 años se asumía que se trataba de integrantes de las clases socioeconómicas A y B. Hoy existen secuestrados en los que se piden rescates de mil pesos. El 48% de las víctimas son mujeres. Los rangos de edad de los secuestrados varían de los 16 a los 66 años.
Pese a esto, la autodefensa aparece como un factor que cambia las historias…
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